Desde hace ya muchos meses, Grecia se ha convertido en el escenario de un drama de alcance mundial. El hecho de que sus préstamos a un año hayan alcanzado un tipo de interés del 90% es un indicador de que al país se le ha negado totalmente el crédito.
Sorprendidos constantemente por situaciones que jamás podían haberse imaginado, los dirigentes europeos exigen a los griegos medidas de “ahorro” que, paradójicamente, reducen la posibilidad de que este país pueda devolver todo el dinero que debe: es imposible que una nación que está sufriendo una depresión inducida genere una mínima riqueza para salir de esa situación.SABER MÁS
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